Prevención del abuso sexual en educación infantil

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Uno de los aspectos que más frena al profesorado a la hora de decidirse a abordar el tema del abuso sexual en el aula, es el miedo a generar alarma. En esta entrada queremos acercaros un abanico de recursos que permitan iniciar el proceso y dotar de estrategias contra el abuso a vuestro alumnado, sin hablar propiamente de él.

El pasado curso llegó a nuestro centro un email en el que la Xunta de Galicia, en colaboración con la asociación AMINO Galicia, nos ofertaba una formación enmarcada dentro del programa “Poniendo las gafas para la protección de la infancia”. Esta formación buscaba prevenir, detectar y frenar el abuso sexual infantil. El curso, planteado inicialmente de manera presencial, tuvo que desarrollarse online por el confinamiento.

La formación inicial que nos ofrecieron fue muy esclarecedora, al tiempo que dura. Tras escuchar porcentajes, estadísticas y situaciones reales en las que el profesorado detectó abusos, nos dimos cuenta de lo poco que sabíamos sobre el tema. En la Facultad de Ciencias de la Educación no suele impartirse formación y tampoco, una vez que accedemos a las aulas, se nos capacita por parte de los Centros de Formación de la Consellería de Educación.

Pensamos que la formación en este ámbito debería ser un requisito necesario para el acceso a la docencia, pues dotar al alumnado de recursos de prevención desde las etapas iniciales y establecer redes seguras reduciría enormemente el número de casos de abuso sexual infantil.

La formación inicial consistió en un acercamiento al concepto de abuso sexual:

  • Hablamos de su tipología: agresión sexual, explotación, exhibicionismo, tocamientos o estimulación precoz de la sexualidad.
  • Desmitificamos algunas creencias socialmente aceptadas (como la de que la persona que abusa es una desconocida, pues en el 85% de los casos el abuso es cometido por alguien cercano a la familia o miembro de ella).
  • Nos detuvimos en el perfil de la persona agresora, en sus estrategias y en cómo emplea el vínculo que tiene con la víctima para ejercer poder sobre ella.
  • Revisamos los indicadores inespecíficos, los probables y los altamente específicos (físicos, psicológicos y conductuales) a observar para una mejor detección, diferenciándolos de las conductas sexuales propias para cada franja de edad.
  • Y, por supuesto, revisamos los pasos legales a seguir en caso detectar alguno de estos indicadores en una de nuestras alumnas o de nuestros alumnos.

Después de este primer encuentro y concenciadas como estábamos de la importancia de continuar creciendo en este plano, nos inscribimos en una segunda formación, centrada en la franja de edad de nuestro alumnado (Educación Infantil) y orientada a la prevención. Y en este punto es en el que queremos detenernos en esta entrada, pues todas y todos podemos y DEBEMOS enseñar a poner límites, a escuchar al cuerpo y a pedir ayuda.

POR DONDE COMENZAR?

Como decíamos al principio de la entrada, podemos ayudar a las pequeñas y a los pequeños en este proceso de prevención sin hablar necesariamente de abuso sexual. En nuestras aulas, cada día, surgen conflictos de diversa índole entre el alumnado o incluso entre este y las personas adultas. Estos conflictos, gestionados adecuadamente, (a veces solo con las personas implicadas y a veces compartiéndolos en las asambleas de aula) pueden ayudar a asentar las bases del autocuidado, del respeto y de la prevención contra el abuso y el maltrato. Desde AMINO Galicia, destacaron 5 aspectos fundamentales a trabajar en este sentido:

COMPRENDER A LAS TRIPAS. Nuestro cuerpo nos habla constantemente. Cuando algo nos gusta, se relaja. Por el contrario, ante el peligro, se tensa (en las y los pequeñas/os, muchas veces, en forma de dolor de estómago). El problema es que, con el paso de los años, apagamos ese interruptor de alerta y dejamos de hacerle caso al cuerpo y a la intuición. Esa sensación en las tripas, la piel de gallina, la incomodidad física ante determinadas personas que se nos acercan… está alertándonos de que algo no va bien. No se trata de prejuzgar a la gente ni dejarse llevar ciegamente por estas reacciones corporales (a veces sutiles), pero escucharlas y observar en qué situaciones ocurren puede salvarnos de muchos peligros. Como adultas/os, pasamos el día bajando el interruptor de la intuición y quizás deberíamos reflexionar sobre esto y reactivar en nosotras/os mismas/os esta escucha, para luego ser capaces de ayudar al alumnado a hacerlo. ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? Después de un conflicto, cuando las partes implicadas están listas para hablar, comparten como se sienten y las razones de sentirse así. A este proceso podemos añadir la verbalización de la parte del cuerpo en el que sienten esa emoción pues cada una se ubica en un lugar diferente según la persona. Por supuesto, el yoga y los ejercicios de respiración y concienciación corporal son grandes facilitadores.

QUERER BIEN – QUERER MAL. Este es un claro ejemplo de un tema que, además de poder ser trabajado específicamente en el aula, puede abordarse también en las situaciones de conflicto que surgen a diario. ¿Cuántas veces nos encontramos con situaciones como: “profe, María me dijo que si no la invito a mi cumple ya no va a ser más mi amiga”? No se trata de dividir a las personas en buenas o malas, sino, sobre todo en estas edades, de identificar situaciones en las que me están cuidando o no. ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? En los momentos de conflicto podemos ayudar al alumnado a reflexionar sobre la conducta con este enfoque. También podemos hacer una lluvia de ideas específica sobre situaciones concretas que el alumnado proponga en la asamblea.

* De todas maneras, desde SEF, nos parece que el concepto “querer mal”, aunque puede ser entendido en estas edades, es contradictorio. La palabra “querer” necesariamente implica amor y el buen trato, por lo que no se podría querer mal.

SECRETOS BUENOS – SECRETOS MALOS. Descartar el secreto es vital, porque la persona agresora se vale de él para perpetuar el abuso. ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? En el aula será de utilidad reflexionar sobre los secretos buenos, que son los que te hacen sentir bien a ti y a la otra persona cuando los descubre (por ejemplo cuando le estás preparando una sorpresa de cumple a una amiga). Por el contrario, los secretos malos generan malestar en el cuerpo y en los pensamientos, “hacen daño”. Alguien que te quiere NUNCA pedirá que le guardes un secreto que te daña (por ejemplo, cuando una persona le quita la merienda a otra y le dice que no diga nada a nadie, porque no la van a creer). ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? Al igual que en el caso anterior, podemos poner ejemplos de situaciones en las que el alumnado deba detectar si el secreto es bueno o malo y si, consecuentemente, debe guardarse o contarse a alguien de confianza.

PEDIR AYUDA. Partiendo de la legitimación del sentimiento de miedo y vulnerabilidad que se puede sentir en una situación de maltrato y abuso, el alumnado debe comprender que siempre hay personas a las que pueden acudir. Personas de confianza a las que pedir ayuda. ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? Podemos ayudar al alumnado a crear una lista de las personas allegadas (familiares, maestras/os, amistades) que consideren de confianza y con las que se sientan protegidas (habrá que ahondar en este concepto primero). Este listado no solo permite a las pequeñas y pequeños establecer redes, sino también saber a quién acudir en situaciones de abuso, maltrato o de otro tipo.

PONER LÍMITES A MI CUERPO: Por último, desde la asociación, nos acercaron un recurso muy interesante (del cual ya teníamos información gracias a una familia del centro): el cuento LA REGLA DE KIKO (en el enlace encontraréis más información y un vídeo). Este cuento habla de cómo Kiko pone límites en el contacto con su amiga la mano. A este recurso, queremos añadir otro que llegó a nuestras manos hace poco y nos parece perfecto para trabajar en el aula de infantil: ¡MI CUERPO ES MÍO! de la Editorial Juventud. Ambos nos facilitan de una manera amena abordar el tema del cuerpo y de los límites más directamente. ¿Cómo lo hago en Educación Infantil? Hablando del espacio personal (por ejemplo, con la ayuda de juegos de movimiento en los que el alumnado debe evitar chocarse con los demás, mientras llevan un aro alrededor de la cintura) o enseñando a decir NO y PARA (extendiendo la mano con la palma abierta para imponer una distancia entre la otra persona y nosotras/os). Desde las familias podemos facilitar este aspecto con cosas tan sencillas como pedir permiso a nuestras hijas/os para tocar su cuerpo en el momento de ayudarles a bañarse, vestirse…

Esperamos que esta entrada os haya sido de utilidad y, sobre todo, que haya despertado vuestro interés por formaros en un tema que requiere la colaboración de todas/os. Podéis poneros en contacto con la asociación AMINO Galicia para más información, asesoramiento ante situaciones que se os presenten en las aulas o para recibir esta formación que aún se está impartiendo.

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