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El trabajo emocional, el conocimiento mútuo, la cohesión de grupo, son pilares fundamentales para nosotras en el aula. Por esta razón, ya en el período de adaptación de este curso, pusimos el foco de atención en la red afectiva del alumnado. Trajimos al aula, a través del cuento «El hilo invisible», a las personas fundamentales de la vida de nuestras niñas y de nuestros niños.

Partiendo de esto, simultáneamente al desarrollo de juegos de presentación, afecto y conocimiento, iniciamos en el mes de Enero una propuesta muy motivadora llamada «A caixa dos sentires».

Con la propuesta del Hilo invisible, pusimos el centro de atención en las personas, pero con las «caixas dos sentires», quisimos dar visibilidad a los objectos, a las vivencias y a los momentos más importantes de la vida de nuestras pequeñas y de nuestros pequeños.

La premisa era la siguiente, durante las vacaciones de Navidad, debía elegir una caja, decorarla a su gusto e introducir en ella esos objetos y momentos imprescindibles (muñecas/os, mantitas, juguetes, cuentos,…). Por supuesto que hay cosas necesarias en el día a día que no pueden ser metidas en una caja y dejadas en la escuela más de un mes, polo que en esos casos, podían ser sustituidas por fotos.

A mayores y teniendo en cuenta la edad de nuestro alumnado (4º de educación infantil), solicitamos a las familias que incluyeran en la caja una carta explicativa que nos ayudara en caso necesario.

Cada día, en la asamblea, una persona abría su caja y la compartía con el grupo. La caixa permanecía abierta el resto del día en el rincón de biblioteca para que todas y todos pudiéramos revisarla. 

Por supuesto, las mestras también preparamos nuestras cajas.

Cuando todas las cajas fueron abiertas, invitamos a nuestras madrinas y a nuestros padrinos de 1º de primaria a verlas. Las/os ahijadas/os estaban deseando compartirlas con ellas/os. Pero esto, ya os lo contaremos en otra entrada.